Flor de montaña


Ella se despliega pétalo a pétalo hasta abrirse en su máximo esplendor. 
Sin dudas. 
Hay una entrega y también fortaleza para sostenerse en su misión. 
Sol de mediodía,  lluvia, incluso viento. 
Aun así, sigue, ahí,  radiante y abierta. 
No espera. 
Es . 
Y allí reside su valentía. 
No hay corazas. 




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